Las Infecciones Respiratorias Agudas son una de las principales causas de enfermedad y muerte en niños y adultos; anualmente se registran cerca de dos millones de personas fallecidas por esta causa a nivel mundial.

Las enfermedades infecciosas que se manifiestan en el tracto respiratorio superior (nariz, boca, garganta y laringe) son generalmente causadas por virus, se presentan de forma muy frecuente y resultan inofensivas.  En contraste, las infecciones del tracto respiratorio inferior (tráquea y pulmones) se presentan con menos frecuencia y tienen diferentes formas de presentación, desde cuadros clínicos leves hasta mortales, haciéndose necesario la implementación de un tratamiento empírico inicial mientras se identifica el microorganismo responsable.  Aunque se pueden encontrar diversos tipos de microorganismos que ocasionan enfermedades en el tracto respiratorio bajo, las bacterias son las más frecuentemente involucradas.   

Es por esto que el laboratorio de microbiología resulta esencial en la determinación del microorganismo causante de la infección y la selección del antimicrobiano apropiado para el tratamiento de las enfermedades del tracto respiratorio inferior.  Mediante un examen al microscopio, el cultivo de muestras respiratorias y pruebas automatizadas de identificación y sensibilidad a antibióticos, los resultados que se generan permiten un tratamiento racional de estas enfermedades y una recuperación más rápida de los pacientes.  

Para lograr esto, es necesario recoger muestras respiratorias adecuadas; el personal de salud debe dar indicaciones precisas a los pacientes y éstos deben acatarlas a cabalidad. Lo anterior debido a que las secreciones del tracto respiratorio inferior se contaminan con microorganismos del tracto respiratorio superior durante su recolección, reduciendo la posibilidad de recuperar el agente patógeno causante de la enfermedad.

En estos casos, contar con laboratorios clínicos que tengan altos estándares de calidad es un respaldo para lograr el diagnóstico definitivo de la enfermedad.  Lo anterior debido a que aplican pruebas preliminares de pesquisa que permiten evaluar si la muestra respiratoria se encuentra contaminada con secreciones de la boca y la faringe, situación que les llevará a pedir nueva muestra solicitando la mejora en la técnica de recolección por parte del paciente.  Además, incluyen en sus procesos una comunicación constante con el médico tratante para orientar el diagnóstico de acuerdo al cuadro clínico del paciente y la actualización permanente en los métodos de análisis que aplican, como la implementación de pruebas de detección de ácidos nucleicos de una gama amplia de microorganismos patógenos frecuentemente involucrados en infecciones respiratorias bajas, las cuales permiten identificar con exactitud los microorganismos a pesar de que se encuentre en pocas cantidades en la muestra.

Es así como los pacientes afectados con enfermedades como tuberculosis, neumonía, fibrosis quística y enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), entre otras, pueden ser tratados de forma eficiente mejorando su calidad de vida.